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FAMILIARES Y VOLUNTARIADO

El voluntariado es una pieza importante en el proyecto de comunidades de aprendizaje. Partimos de la premisa de que para mejorar el aprendizaje de los niños y niñas, se deben aumentar tanto el número de interacciones que vive el niño o niña, como la calidad de estas interacciones en un plano de diálogo igualitario.

En este sentido, el voluntariado son personas de la comunidad (familiares, exalumnos/as, personas del pueblo, miembros de asociaciones, estudiantes en prácticas, otros profesionales de la localidad …), que con su participación y compromiso en el quehacer diario de la escuela, tanto por su participación en diferentes actividades de la escuela y la comunidad, como por su incorporación en el aula para realizar grupos interactivos; aumentan el número de interacciones que viven los niños y niñas. Interacciones impregnadas de sentido, en la medida en que a menudo son familiares, otros miembros de su comunidad; que representan referentes positivos que dan sentido a la educación de los niños y niñas. 

Cualquier persona puede estar dentro de la clase, aunque esto no significa en ningún caso que el maestro o maestra pierda su rol dentro del aula; sino que los voluntarios vienen a ayudar y a potenciar las interacciones mientras que el maestro o maestra continúa siendo quien gestiona y organiza el aula. En ningún caso, el voluntario está solo en el aula, sustituyendo las funciones propias del maestro o maestra. El maestro o maestra enriquece también su práctica, en la medida en que tiene en cuenta las aportaciones de los y las voluntarios.

 

La Comisión de Voluntariado es la encargada de gestionar la incorporación de personas voluntarias en las diferentes actividades de la escuela y el aula. Se reúne también para tratar temas vinculados a su participación en la comunidad de aprendizaje, y participan también en la fase del sueño.

Una de las transformaciones más importante es el cambio de sentido que toma las prácticas que se dan en la escuela, cuando la persona voluntaria participa de estas dinámicas. Así pues, se incrementa el valor sobre lo que es la escuela, existe mayor comprensión hacia el trabajo que se da en el aula, aumentan las expectativas entorno al aprendizaje de los niños y niñas, se dan dinámicas de aprendizaje mutuo, se promueve la solidaridad… Por otro lado, el voluntariado exige de compromiso hacia el proyecto, seriedad y responsabilidad.

El profesorado siempre está disponible para atender a cualquier necesidad que le surja al voluntario o voluntaria; ya que en ningún caso, el profesorado se ausenta del centro. Además se intenta que los y las voluntarios en este caso, sean familiares, hecho que da más confianza ya que conocen a los niños y niñas y son referentes para estos y estas; y también alumnos y alumnas en prácticas, ya que se les considera semiprofesionales.

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